En un primer momento pensaba publicar una entrada sobre otro tema; no obstante, luego de ver un episodio de Suits en Netflix, me dio por escribir sobre esta serie y, sobre todo, porque me parece más acorde al ánimo que me envuelve esta noche de miércoles.
Quiero dejar en claro que Suits, protagonizada por Gabriel Match como el audaz Harvey Specter y Patrick J. Adams como el prodigio Mike Ross me parece en líneas generales muy entretenida y envolvente, al punto que con mi esposa agotamos toda la quinta temporada en un solo día gracias al servicio de Netflix (que aunque es la segunda vez que lo menciono en apenas dos párrafos, créanme, lo hago sin intención publicitaria de por medio).
A pesar de esto también hay que tomar con pinzas las premisas que presenta la serie y sobre las cuales desarrolla sus eventos. Para empezar, hay que reconocer que todo inicia de una forma muy (pero muy) inverosímil: que el gran Harvey Specter, el abogado que se jacta y enarbola el principio de que es un profesional que haría todo por ganar, todo, menos cruzar la línea de lo legal y lo ético, hace algo que es ilegal y nada ético, esto es, contratar como abogado a alguien que no lo es, me refiero a Mike Ross –si por si acaso hay alguien leyendo que no conozca la serie. Siempre pienso que si se hubiera contratado a Mike Ross como consultor y no como abogado asociado desde el día uno, a la final la serie acababa en tres capítulos…
Volviendo al punto que propongo en la entrada, desde mi experiencia como abogado, incluso como catedrático, he podido apreciar que en diferentes ámbitos, como el profesional y académico, hay muchas personas que estando o no vinculadas con el mundo jurídico, toman la serie muy al pie de la letra y piensan que es así como debe comportarse todo abogado en el ejercicio del derecho. (Desde que Suits se hizo popular aquí, no saben cuántas veces me he topado a colegas y hasta estudiantes que en quieren emular en todo a Harvey Specter, para tan solo lograr actuaciones que rayan en la grosería y desatino).
En fin, sin más preámbulos pongo a su consideración estos tres aspectos que considero negativos de Suits para la imagen de los abogados:
1.- En general pintan una imagen no muy real acerca de los abogados.- Aceptémoslo, ser abogado litigante no es cuestión de glamour, de andar siempre perfumadito y con traje y corbata. A pesar de esto, vemos a un Harvey Specter que desde que se despierta ya está peinado (nunca se le mueve ni un cabello), no se le arruga ni un centímetro su camisa, siempre posee la velocidad mental que le permite en milésimas de segundo tener en la punta de la lengua respuestas ingeniosas y, como si fuera poco, sale ileso cuando lanza sendos reproches a sus colegas contrarios, a sus colegas de oficina, a los jueces, a sus superiores y hasta sus clientes… y encima sabe boxear.
Esto para mí trae problemas en dos vías. Primero, nunca falta algún cliente (o potencial cliente) que piensa que todos los abogados deben ser así –claro, a un precio muchísimo más módico- y quieren que su patrocinador tenga agallas y arrojo y llegan hasta a cuestionar cuando su defensor saluda o conversa con cordialidad con el colega de la contraparte. En segundo lugar, también representa un potencial sentimiento de frustración para el propio abogado, ya que puede llegar a compararse con ese ideario que representa Specter, con la probabilidad de que empiece a sentir que no ha logrado nada si no llega a alcanzar el éxito y los logros económicos de este personaje ficticio.
A fuerza de ser justo, debo admitir que la historia de Suits sí se ha preocupado por humanizar a Specter, sobre todo al mostrarlo como alguien con miedo a quedarse solo al punto de llegar a experimentar ataques de pánico al verse abandonado y cuando dedica momentos a explorar su origen humilde.
2.- No es tan precisa desde el punto de vista jurídico.-
La serie, quizás por temas de guión y de tiempo de duración de los capítulos, retrata situaciones complejas que son resueltas en la mayoría de los casos rápidamente y tan solo con amenazas o trucos/engaños bien logrados. Recordemos que en el primer capítulo Harvey engaña a un cliente –luego de decirle unas cuantas groserías- con que no podía despedirlo ya que ya se le había realizado el pago vía transferencia, mostrando un papel que en teoría era el que acreditaba este hecho, para luego, una vez retirado el cliente, admitir que el “comprobante” era una impresión de un memorandun sobre un tema nada relacionado. En otras palabras, con este truco, logró que el cliente hiciera lo que él quería.
Bueno, si algo me ha enseñado el devenir profesional es que es muy raro que un problema jurídico (al menos si tiene algún grado de dificultad) se resuelva de esa manera. Una amenaza o una frase grosera no justificada siempre vuelve a acecharnos ya sea tarde o temprano, así que mucho ojo con esto.
3.- En ocasiones da a entender que se puede obtener éxito actuando de forma ilegal.-
Como ya lo indiqué, la serie comienza con un Harvey Specter haciendo algo antiético e ilegal, contratando a Mike Ross como abogado asociado, para que ejerza como tal, sin que este tenga el título. (ATENCIÓN: SPOILERS SI NO HAS VISTO LA TEMPORADA CUATRO, CINCO EN ADELANTE NO LEER ESTE NUMERAL). Es cierto que todo se llega a conocer al final, que a Mike Ross termina en la cárcel; no obstante, en la siguiente temporada, no solo que el aludido personaje logra salir de prisión sin cumplir ni la cuarta parte de la pena, sino que también logra la libertad de su compañero de celda con quien trabó amistad y, como si fuera poco, a renglón seguido termina obteniendo una licencia para poder ejercer derecho con toda la legalidad del caso.
Una vez más, en la práctica jurídica las cosas no se dan de esa forma, si se hace algo como eso, tarde o temprano se sabrá y las consecuencias llegarán se quiera o no. Conversando con un gran amigo que es abogado también y ejerce en Canadá, me decía que también le gustaba mucho la serie, pero que si Specter existiera ya hubiese sido expulsado de la barra de abogados, al menos dos veces…
Ahora, para darle un balance a esta entrada, debo destacar que la serie también nos enseña cosas positivas para nuestra profesión, entre las que cita ahora estas tres:
1.- Rodearse de los mejores.- Si bien Mike Ross no es abogado al inicio de la serie, su innegable su potencial, el uso de su mente fabulosa (aunque este aspecto me parece un poco exagerado), lo convierten en un excelente fichaje. Lo mismo nos damos cuenta con todo aquel que trabaja para la firma de Specter, desde la secretaria de Harvey, como los asociados, el técnico de soporte informático, la investigadora, todos son personas más que competentes para sus tareas. Esto nos enseña que en nuestros despachos debemos procurar rodearnos y buscar colaboración de las personas más calificadas posibles. Por algo Louis Litt busca siempre asociados entre los mejores graduados de Harvard y por algo el propio Steve Jobs –solo por citar un ejemplo- decía que en Apple solo buscaban jugadores de clase “A”.
2.- Prepararse para el caso.- Aunque por motivos de duración de capítulos a esta faceta no se le dedica mucho espacio, sí se logra apreciar la seriedad con la que Harvey, Mike y compañía asumen un caso y lo preparan obteniendo toda la información y trazando estrategias. La preparación del asunto es fundamental para tener mayores probabilidades de victoria. Siempre digo que con una buena demanda se puede lograr sentencia favorable o desfavorable, pero con una mala demanda nunca vamos a tener sentencia favorable. Ahora, con las exigencias del COGEP, no podemos darnos el lujo de pensar y dejar nuestra prueba para el último o de improvisar en el camino, esto sería un “kamikaze jurídico”.
3.- Tomarse tiempo para pensar sobre el caso.- Está muy relacionado con el punto anterior, aunque por su importancia me parece mejor citarlo aparte. Hay muchas escenas en que se encuentra a Harvey pensando en su despacho, en estado de concentración puro cuando está en el medio de un asunto.
Si bien es cierto la vida del litigante deja poco tiempo para reflexionar, sí es bastante productivo buscarse momentos tranquilos para pensar sobre los casos y los pasos concretos a seguir y poder analizarlo todo desde nuestra propia perspectiva. Esto en verdad funciona (créanme, lo he logrado poner en práctica), nos ayuda a sopesar pros y contras, tejer estrategias, reducir riesgos y en general, poner en mejor práctica nuestro plan con mayor tranquilidad.
Bueno, estas son los comentarios sobre la serie que puedo hacer por ahora. Me gustaría saber si tienen algunos y cruzar opiniones.
Gracias por la visita.