Habilidades prácticas que me han servido en mi labor como abogado.

La historia que les contaré no solo que es es real … sino también verídica (lo siento por la redundancia, es mi intento de humor). El pasado día lunes recibí en horas de la noche una llamada desde el exterior, de un cliente que me contactaba gracias a la recomendación de un colega.

Luego de las respectivas introducciones entramos a tocar el tema de la consulta. Sin entrar en muchos detalles, el cliente estaba apremiado por cuanto tenía que presentarse un escrito de contestación a una demanda máximo hasta el día siguiente. Le pedí que me pasara por correo los documentos, sobre todo por cuanto quería confirmar si en realidad el término vencía -ya saben, tenía la esperanza de que hubiese un día más al menos-; no obstante, la situación era real: ¡el término vencía al día siguiente!

Ante esta situación se ideó un plan para ejecutarlo de inmediato. Le dije al cliente que me enviara toda la información restante a las 06:00 del siguiente día (asegurándole que soy madrugador, lo cual es cierto), para conversar a las 07:00 sobre algún detalle y ponernos de acuerdo en la estrategia. Desde las 07:30 más o menos, empecé a redactar el escrito de contestación, el cual terminé en un tiempo aproximado de cincuenta minutos. Luego, se coordinó la firma del representante legal, las certificaciones de documentos y la presentación del escrito. Todo en cuestión de horas.

Al final del día, toda esta experiencia me ha puesto a pensar de ciertas habilidades que tuve que poner en práctica para lograr cumplir la tarea encargado, las cuales comparto.

Lectura

Se ha dicho y escrito mucho acerca de la importancia de la lectura para el abogado y el estudiante de derecho. Como toda habilidad, la lectura y, sobre todo, la destreza para leer rápido y retener la mayor cantidad de información, se puede pulir y perfeccionar con la práctica. En este caso, me tocó leer varios documentos, artículos, resoluciones, para tomar apuntes y preparar el escrito.

Siempre recomiendo que la mejor manera de abarcar varias lecturas es comprometerse a leer un número mínimo de páginas al día. Se puede comenzar con unas diez, para luego ir subiendo. Al día de hoy siempre leo un mínimo de treinta páginas al día, las cuales puedo repartir a lo largo de la jornada. La cuestión es siempre andar “armado” con el libro, para avanzar ya sea en la fila del banco, en la espera mientras tu esposa está probándose ropa, entre otras.

He podido notar que este ejercicio de lectura me ha ayudado muchísimo cuando tengo que leer varios documentos para preparar un caso, lo cual resulta invaluable al efecto de optimizar el tiempo.

Escribir rápido y bien

Conozco que en otros países varios colegas utilizan un software que se encarga de plasmar por escrito lo que uno le va dictando; no obstante, esa tecnología -al menos de una forma bastante confiable- todavía no la he visto por aquí. Mientras tanto, queda tipear los escritos a la antigua y el poder escribir a una buena velocidad en el teclado también me ha sido de gran ayuda.

Por otra parte, en algún momento escribí acerca de la importancia que tiene para el abogado saber escribir, valga la redundancia. Hay que recordar que el juez (que es por lo general a quien se dirigen los escritos si eres litigante), es también un ser humano, que debe estar cansado de leer tantos escritos, unos más confusos que otros, por lo que si estamos en la capacidad de presentarle un memorial bien escrito, conciso, sin divagaciones y muy claro, lo apreciará. En otras palabras, no realices escritos pensando en un tratado, sino mas bien, para que cualquier persona te lo pueda entender.

En el caso con el que comencé esta entrada, tuve que realizar un escrito de contestación a la demanda en un relativo corto tiempo. Claro, como estábamos a las puertas del vencimiento, le advertí al cliente que no esperara un escrito muy “florido”, con citas jurisprudenciales o de tratadistas, ya que se tenía el tiempo justo para decir lo que se tenía que decir y nada más. A final de cuentas, se realizó un escrito de cuatro páginas, directo y conciso que abarcó todos los puntos necesarios para rebatir los argumentos de la demanda.

Enfocarse

En estos tiempos de redes sociales, una de las cosas más difíciles es concentrarse para enfocarse en la tarea inmediata. Parece increíble como se consumen las horas mientras revisamos nuestras redes sociales, lo que marca un descenso tremendo en nuestra productividad.

Debo reconocer que también me declaro culpable de este defecto. Cada vez que “recaigo” me prometo estar más atento y enfocado. La clave es que en una jornada de unos cuarenta minutos sin distracción y comprometido con terminar la tarea, en realidad se puede avanzar muchísimo. La cuestión es recuperar esa capacidad de enfocarse para obtener el resultado.

Sobre este tema les recomiendo el libro “Enfócate: Consejos para alcanzar el éxito en un mundo disperso” de Cal Newport, el cual es excelente y nos comparte varias técnicas para obtener la concentración que se vuelve más rara a medida que nos consumen las redes sociales.

Organización del tiempo

Los que me conocen saben que no soy una persona muy ordenada; a pesar de eso, me gusta planificar las diligencias con anticipación en la medida de lo posible, ya que el libre ejercicio depara muchas veces situaciones imprevistas que deben atenderse a la brevedad, por eso digo que muchas veces el abogado  es el último al que se llama para tratar de apagar un incendio.

A mitad de cada semana laboral paso revista a las diligencias y términos que se vencerán a la siguiente, para ir planificando lo que me toca hacer. Esto también me ha ayudado mucho, ya que por ejemplo, el día de hoy en que escribo estas líneas, además de tener que realizar a toda velocidad un escrito de contestación a la demanda, tuve en la tarde que asistir a una audiencia de acción de protección. Gracias a la planificación previa, desde la semana pasada ya había preparado toda la estrategia para la audiencia. Si no hubiera realizado esto con anticipación me hubiese pasado cualquiera de estas dos cosas (1) hubiera ido a improvisar a la audiencia de acción de protección; o, (2) habría tenido que sacrificar el caso nuevo para centrarme en la diligencia de acción de protección. Por esto, nunca está de más ver y realizar un plan de acción de las cosas que están por venir.

En todo caso, esto es lo que puedo compartir por ahora, espero estos tips les ayuden en su profesión.

 

Gracias por la visita.

 

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4 comentarios en “Habilidades prácticas que me han servido en mi labor como abogado.

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