Cuatro recomendaciones bastante prácticas para audiencias del COGEP.

Siempre me ha parecido bastante útil extraer consejos concretos  prácticos de las experiencias que se tienen en el libre ejercicio de la profesión. En este 2017 he tenido varias audiencias en juicios cuyo procedimiento se rige con el COGEP, que me han dejado una serie de lecciones, por lo que me gustaría compartir algunas que considero bastante prácticas y útiles.

Doy por descontado que todo abogado que acuda a una audiencia del COGEP debe estar bien preparado con su caso, por lo que este pequeño listado de recomendaciones no está orientado a abarcar los detalles de fondo de los procesos.

Con estas breves palabras, pongo a su consideración estas recomendaciones:

1.- Llegar con suficiente antelación a las audiencias.

Siempre sostengo que una de las cosas que deben distinguir a los abogados –sobre todo los que litigamos- es nuestra puntualidad. En mis clases resaltaba bastante a menudo que nos toca ser precavidos en extremo para no pasar apuros en nuestras diligencias.

Es ya conocido que si patrocinamos al actor nuestra presencia es indispensable, so pena de la declaratoria de abandono de nuestra causa. Tenemos  que prever además que si no contamos con una procuración judicial con cláusula para transigir, debemos asegurarnos que el cliente acuda a tiempo. No tienen idea los momentos de ansiedad que me han tocado pasar al ver que la hora fijada para la audiencia está por llegar y el cliente no aparece. No podemos permitirnos calcular mal nuestro tiempo, recordemos el triste atraso de los abogados de la Procuraduría General del Estado en la audiencia de juzgamiento contra nuestro actual vicepresidente de la República, lo que causó un revuelo a todo nivel en el país.

Por esto, debemos medir bien nuestro día cuando tenemos audiencia. Tenemos que saber el tiempo aproximado que nos tomará llegar a la corte, lo que nos permitirá además esquivar cualquier imprevisto como el cambio de sala a última hora, el tráfico y tantas otras situaciones.

2.- Planificar cada paso de las audiencias.

Para mis audiencias realizo un detalle de cada una de las etapas y la manera en la que considero que pueden desarrollarse.

Por poner un ejemplo, si estoy preparando una audiencia única en un juicio sumario voy haciendo una anotación de todo: (1) si hay alegación de nulidad o no, preparación de excepciones previas; (2) factores a tomar en cuenta para evaluar si puede existir conciliación; (3) cuáles serían los puntos de debate; (4) resumen de puntos más importantes para mi alegato inicial; (5) repaso de las pruebas presentadas; (6) objeciones sobre la prueba solicitada por la contraparte; (7) puntos que quiero acreditar con mis testigos, preparación de preguntas; (8) apuntes para mis alegatos.

Este documento lo elaboro a mano y lo llamo –muy pretenciosamente- “HOJA DE RUTA”. Es de muchísima ayuda, sobre todo para tratar de estar al mismo ritmo del juez, quien es el que dirige la audiencia y me ayuda siempre a tomar más rápido las decisiones en aspectos que pueden cambiar la suerte del juicio, como lo es, por citar un caso, la fijación de los puntos de debate. Si no se tiene claro desde un inicio los puntos que queremos sean incluidos como parte del debate, es posible que se quede fuera algún punto que nos conviene, lo cual incluso puede conducir a que nos rechacen pruebas que consideremos importantes.

3.- Estar atento a las apelaciones, sobre todo de los autos interlocutorios.

Me ha causado extrañeza ver ya tres casos en los que los abogados de la contraparte no apelaron de la sentencia que se dictó a  favor de mis defendidos. Sobre todo llama la atención, porque del desarrollo de la audiencia respectiva, se notaba que mis colegas querían pelear hasta el final, “hasta el último respiro”, sus planteamientos. ¿Qué sucedió entonces? A mi parecer, se olvidaron de apelar.

La clave está en que hay estar muy atentos a las decisiones que se toman durante la audiencia, me refiero a los autos interlocutorios y a las sentencias. Debemos tener presente que los autos interlocutorios se dictan respecto de la validez de los procesos, de las excepciones previas y de las pruebas.

Un asunto que me parece importante: no todos los jueces anuncian que han terminado de dictar un auto interlocutorio. En mi primera audiencia con el COGEP, el juez negó una prueba que había solicitado, por lo que en el auto la rechazó. El juez se limitó a dar su decisión y guardar silencio por unos tres segundos, durante los cuales me preguntaba si iba a decir algo más o, si ese silencio significaba que la decisión ya estaba tomada y que ese era todo el auto interlocutorio. El juez retomó la palabra y en ese mismo momento tuve que decirle que apelaba del auto interlocutorio. Recuerdo que el juez me dijo algo así como “para eso estoy guardando silencio unos segundos, para ver si alguien quería apelar”.

Sería bueno que los jueces especifiquen que ya han terminado de dictar el auto interlocutorio y que incluso pregunten a las partes si tienen algo que señalar sobre el mismo (de mis audiencia he visto tan solo a un par que lo han hecho). Esto nos ayudaría a los litigantes para saber en qué oportunidad puede impugnar el auto, si es que lo considera conveniente, claro está.

Por otra parte, con la sentencia pasa lo mismo. Ciertos jueces comunican la sentencia y guardan silencio, sin mayor anuncio, tan solo esperando a ver si alguna de las partes deduce algún recurso.  En cierta ocasión, un juez recalcó que había ya terminado de expresar su fallo y consultó con los abogados si teníamos algo que señalar sobre el mismo. Esto sería lo ideal para todos, ya que evitará que algún abogado que se olvidó de apelar diga después que no se le dio el tiempo necesario para impugnar la decisión.

4.- Anotar lo actuado.

Tomar apuntes y anotaciones con orden y claridad (¡La idea es que se entiendan por quien vaya a leerlas!) también me ha servido muchísimo. Pensemos en que nos toca acudir a la audiencia de segunda instancia en un juicio que ya no recordamos tanto los detalles de las actuaciones. Les garantizo que dejar constancia de las actuaciones con nuestro puño y letra nos ayudará a recordar mejor el tema y armar mejor nuestra intervención.

Los registros escritos también son de muchísima utilidad para fundamentar las apelaciones, en especial la de los autos interlocutorios, ya que al consultar nuestras anotaciones sobre lo actuado en audiencia y los motivos que dio el juez para emitir su decisión, nos permitirá preparar mejor nuestra fundamentación de la apelación. Ni hablar de la importancia de los apuntes para preparar un recurso de casación que se sustenta en las declaraciones de algún testigo o de un momento particular de una audiencia, los que podemos recabar con mayor facilidad gracias a los registros escritos.

En fin, estos son mis recomendaciones prácticas para audiencias con el COGEP. Me gustaría saber si tienen otras.

Gracias por su visita.

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7 Lecciones para los abogados litigantes extraídas de la serie «The people v. O.J. Simpson: American Crime Story». (Parte II)

Continuando con las lecciones extraídas de la excelente serie “The People v. O.J. Simpson: American Crime Story”, pongo a consideración de los colegas las siguientes:

Considero válido recordar que los acontecimientos sobre los cuales aprovecho para redactar estas lecciones son conforme se los muestra en la serie.

5.- Saber cómo transmitir nuestra historia ante el Juez mejor que la contraparte.

De esto se habla muchas veces en la serie, en donde en un momento determinado se hace referencia en una reunión del equipo de la defensa de que si se va a armar un circo –refiriéndose a todo el polvo y show mediático que se iba a levantar por el juicio-, era preferible ser el protagonista y director.

Durante el interrogatorio de Cochran a uno de los detectives que estuvieron desde el inicio en la escena del crimen, el abogado Alan Dershowitz estaba siguiendo la diligencia desde su oficina en conjunto con varios colaboradores (recordemos que el juicio fue televisado). Mientras Dershowitz observaba el interrogatorio, les decía a sus colaboradores que una adecuada defensa también debe vender una historia al jurado, algo que fuera plausible, para introducir en estos casos una versión diferente posible a la que sostenía la fiscalía, por lo que se le ocurrió faxear en ese momento al propio Cochran para que le pregunte al detective si estaba familiarizado con la “corbata colombiana”.

¿Qué significaba esto? La exesposa de Simpson había sido casi decapitada, por lo que presentaba cortes profundos en el cuello. La “corbata colombiana” comprendía un modo de asesinato de carteles colombianos, que mataban a sus víctimas con cortes en todo el cuello, por lo que se introducía la versión de que el doble asesinato estaba relacionado con el mundo de las drogas y no con los aparentes celos de Simpson.

Por parte de la fiscalía, mientras Marcia Clark y Christopher Darden hablaban sobre estrategias, este último le señalaba la necesidad de saber vender la historia mejor que la del jurado, haciendo referencia a la habilidad que tenía Cochran en sus alegaciones orales.

6.- No intentar cosas durante el juicio cuyo resultado es incierto (Dicho de manera positiva: solo hacer diligencias cuyo resultado lo podemos prever).

Aquí toca hacer referencia a uno de los momentos clave en el juicio de Simpson: la infame prueba de los no menos infames guantes.

Muchos piensan que ese detalle fue uno de los que inclinó la balanza dentro del jurado en contra de la fiscalía y fue de este momento donde Cochran ideó la famosa frase “if it doesn’t fit you must aquit”, de la cual hablé en la entrada anterior.

En la serie se ve cómo Darden de forma insistente conminaba a Clark a hacer que Simpson se ponga los guantes ante el jurado, algo sobre lo que Clark tenía muchos reparos, sobre todo ante la incertidumbre que los guantes no calzaran a la perfección.

Darden tampoco podía estar cien por ciento seguro que los guantes calzaran, además, quizás no tomó en cuenta que para probárselos, Simpson primero debía colocarse otros guantes de látex –recordemos que los guantes eran evidencia ya que fueron encontrados en la escena del crimen-, por ello, en realidad pedir que Simpson se colocara estos guantes era lanzar un cable al otro lado de la montaña para ver si se enganchaba con algo, simplemente no había certeza de cómo fuera a terminar.

Por ello, si estamos en un juicio no debemos por ejemplo preguntar a un testigo contrario algo sobre lo cual no sabemos la respuesta, nos puede resultar mal; no debemos tampoco solicitar una diligencia si es que no tenemos ni la más remota idea de su resultado. Es claro que en ocasiones debemos correr riesgos calculados y a veces en los pocos minutos o segundos que se tienen cuando estamos en una de estas audiencias donde se resuelve todo, hay que tomar decisiones apresuradas, no obstante, mientras más conozcamos el caso y los hechos del mismo, podemos reducir la incertidumbre y actuar conforme a nuestro mejor e informado criterio.

7.- Nuestras rencillas con los abogados contrarios nos pueden perjudicar.

En la serie se muestran tres situaciones que retratan a la perfección esto:

En cuanto a los tantas veces mencionados guantes, en la serie se deja ver que Marcia Clark ya había sido determinante y categórica con Darden y se había llegado a la decisión de no pedirle a Simpson que se los probara ante el jurado. Sin embargo, luego del receso, el abogado F. Lee Bailey Jr., haciendo un insulto a la hombría de Darden lo reta para que le pida a Simpson que se ponga el guante diciéndole al oído “si tu no lo haces probar los guantes, nosotros lo haremos”. Más adelante, en una charla ante el estrado entre Cochran y Darden, el primero logra inocular la idea a Darden de que la defensa no quería y no iba a permitir que Simpson se probara guantes ya que intuía que la fiscalía lo iba a pedir, cuando en realidad era todo lo contrario. Con esto, el “dream team” logó sus objetivos que eran, (1) provocar a Darden; y, (2) hacerle creer que la defensa no quería que Simpson se probara los guantes; y, (3) que sea la misma fiscalía la que pida esta diligencia cuyo resultado fue vital para la absolución de Simpson.

En otro momento se muestra cómo Marcia Clark y Johnie Cochran se enfrascan en una batalla que condujo a la exclusión de varios miembros del jurado. La situación empezó a salirse de control para ambas partes cuando el juez advierte que pronto se quedaría sin reemplazantes, lo que originaría un “mistrail”, es decir, la anulación del juicio. En un momento determinado, Lee Bailey tuvo que conminar a Cochran que deje la pelea con la fiscal Clark, ya que no era posible pasar todo de nuevo y si se anulaba el caso, era seguro que la fiscalía enderece el caso y no cometa los mismos errores. Cochran aceptó esto y tuvo que hacer las pases –muy a su estilo- con Clark.

Cochran en varios momentos, aprovechando su presencia mediática, se dedicó a provocar a Darden señalando que solo se lo había puesto por parte de la fiscalía para aplacar los cuestionamientos raciales, además que durante el juicio aprovechaba toda ocasión para criticarlo. Llegó el punto en que Darden estalló contra Cochran, lo que provocó que el juez lo apercibiera con sanciones.

Hay ciertos abogados que usan sin ningún empacho ni vergüenza cualquier táctica para hacer perder la objetividad a sus colegas, con el propósito de provocarlos y hacerlos perder el control. En algún momento quien escribe estas líneas cayó en alguna de esas provocaciones en una audiencia de estrados ante un abogado que interrumpía a cada momento, lo que me llevó a olvidarme de que mi obligación en aquella diligencia era alegar en derecho el caso por mi cliente, mas no ponerme a discutir con el abogado de la otra parte, que (dicho sea de paso) era precisamente lo que el colega buscaba.

Por ello, aunque sea difícil, aunque tengamos que respirar cien veces: no nos dejemos provocar por los abogados de la contraparte, nos puede costar el caso.

Espero hayan disfrutado estas siete lecciones y sean de provecho.

Pongo a su consideración la primera parte de esta entrada: https://alfredocuadros.com/2017/02/13/7-lecciones-para-los-abogados-litigantes-extraidas-de-la-serie-the-people-v-oj-simpson-american-crime-story-parte-i-2/

Gracias por la visita.

 

Consejos (extraídos de la práctica) para audiencias. Segunda parte.

En tono con mi post anterior (https://alfredocuadros.com/2016/03/23/consejos-extraidos-de-la-practica-para-audiencias/) , ahora trataré ciertos tips para tomar en cuenta para aplicarlos tanto antes como después de una audiencia.

Eran las ocho de la mañana en punto de un día que no recuerdo. Ante la Sala de lo Penal comparecimos tres colegas por una audiencia convocada en un proceso de acción constitucional. Uno acudía en representación de la institución pública demandada, otro por la Procuraduría y quien escribe estas líneas por la parte actora. La primera intervención estuvo a cargo del colega defensor de la institución pública, la cual decepcionó a toda la sala, el motivo: se dedicó solo a leer sus cinco carillas, sin realizar ninguna pausa y sin siquiera levantar la cabeza para dirigirse a los jueces, quienes miraban su teléfono, consultaban su reloj y parecían pensar en cualquier otra cosa.

Lo narrado (ocurrido en la vida real), constituye para mí uno de los peores errores que se puede hacer durante una audiencia, esto es, dedicarse solo a leer sin mayor pretensión. Comprendo que hay ciertas ocasiones y casos extremos en los que no tenemos opción –alguien te pide a última hora de favor ir a una diligencia y nos entregan una hoja con la intervención transcrita-, por lo que si ya no tenemos opciones recomiendo tratar de leer el texto completo al menos una vez y durante la audiencia, leerlo con las pausas y entonación debidas.

Una vez más, sin pretender pasar como erudito en estos temas, mis recomendaciones para actuar durante una audiencia son las siguientes:

– Acudir con la debida anticipación y tomar puesto lo más pronto posible, así estés solitario. Esto servirá para que te vayas adaptando al lugar y ayudará a que te sientas más cómodo.

–          Apagar o poner en silencio el celular (y cualquier otro aparato que pueda sonar) antes de que se instale la audiencia. Créanme, una de las peores impresiones es empezar a disertar nuestro tan trabajado alegato y que de repente empiece a sonar nuestro celular. Esto va a hacer que nos ganemos… un llamado de atención y quizás perdamos la buena disposición de los jueces.

– Salvo que el espacio sea limitado, siempre realiza tu intervención de pie. 

– Ser conciso no es lo mismo que ser breve. De nada sirve hacer una exposición que no dure mucho tiempo si igual no ayuda a los jueces a ver mejor las cosas desde nuestra perspectiva. Por ello, es mejor ir al punto, directo y claro; en la práctica he podido darme cuenta que cuando anuncias al inicio que serás concreto, casi en todos los casos los jueces asienten y prestan mayor atención a la exposición. Aquí debemos luchar contra ese afán que tenemos los abogados de querer mostrarnos y evidenciar nuestros vastos conocimientos sobre un tema particular y queremos hasta remontarnos siglos atrás en la historia del derecho para lucir nuestros conocimientos (ten en mente que no estás impartiendo una clase). Recuerdo en una diligencia importante por un litigio importante de derecho de autor, la abogada de la contraparte empezó a hablar de la historia de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), lo cual, dicho sea de paso, motivó a que inmediatamente las autoridades empiecen a revisar su celular.

– Poner ejemplos para explicar el caso, esto ayuda mucho, cuidándonos de no caer en exposiciones muy informales.

– Anotar los puntos principales de la exposición del abogado de la otra parte. En caso que nos toque exponer a continuación, podemos acudir a nuestros apuntes para rebatir alguna idea que ha expuesto nuestro contendor jurídico de turno.

– Si tienes que hacer notar un incidente (por decir: quieres impugnar por cuestiones constitucionales un documento presentado por la contraparte en la exposición previa), lo más óptimo es hacerlo al inicio de nuestra intervención y hacerlo notar de entrada y si es posible, tratar que los jueces se pronuncien en ese momento sobre el incidente.

– De igual forma, si es necesario hacer referencia a algo antes de lo fundamental de la exposición es mejor hacerlo sin rodeos. Ejemplo: si quieres referirte a información que por una u otra razón no ha sido incorporada al expediente, hay que hacerlo notar de entrada, con algo así como “Señores Jueces, antes de tocar los puntos centrales quiero hacer notar que la institución XXXXXX no ha remitido aún su respuesta al oficio enviado de manera oportuna. Por la importancia que reviste este documento para esta causa, solicito no se emita resolución mientras esté pendiente esta respuesta. Dicho esto, pasaré a realizar la exposición de mis argumentos centrales…”

– Es mejor no leer artículos, jurisprudencia, doctrina, a menos que sea vital para el momento. Si debes hacer uso de la lectura, es mejor anunciar a la sala que lo vas a hacer (ya sabes, algo así como “me permito leer en este momento la jurisprudencia tal.. sobre esto). De más está decir que lo que vayas a leer debe estar ya señalado y separado para que no pierdas tiempo entre tu exposición y generando los tan temidos silencios incómodos. Sobre todo, que la lectura sea puntual y breve.

– No caer en las provocaciones. Por este tipo de cosas a los abogados nos dan mala fama. Es que hay que reconocer que hay colegas que son expertos para hacer uso de todo tipo de maniobras para hacer perder la compostura, ya sea interrumpiendo, poniendo caras extrañas, hablando con su cliente con un tono de voz que te desconcentra. Recordar –aunque sea de las cosas más difíciles- en que hay que guardar la calma para no desviarnos de nuestro objetivo.

– Y hablando de guardar la calma, hay veces que tenemos que hacer esfuerzos ante ciertos jueces (que por suerte son la excepción) que no tienen ninguna buena predisposición para nosotros. Ante esto, una vez más, guardar la calma.

– Estar siempre atento durante la diligencia. Tratar en la medida de lo posible olvidarse de todo lo demás, olvidarnos que existe Twitter, Facebook o el grupo de chat en el que te pasan enviando videos y grabaciones graciosas, puede ser que se nos pase algún importante detalle.

– Saber improvisar cuando es necesario. Ya sé que antes dije que debíamos ensayar la intervención; empero, hay veces que debemos adaptarnos al momento y adoptar nueva estrategia, o cambiar el orden de la exposición, todo lo cual lograremos al saber que estamos preparados y conocemos el caso.

– Como conclusión, tratar de hacer un cierre con un resumen de los puntos más importantes.

También luego de la audiencia hay ciertas cosas que se pueden hacer para redondear una mejor tarea:

  • Tratar de autoevaluar tu intervención, si alguien te acompañó le puedes consultar qué tal estuviste y que te haga una crítica constructiva. (Nota: creo que es mejor no hacer esta pregunta si el que te acompañó fue tu cliente).
  • Preparar y presentar a la corte un alegato por escrito haciendo una explicación ampliada, ahora sí, de tus fundamentos expuestos y además con toda la calma del mundo, rebatir los puntos que esgrimió la contraparte. De preferencia es mejor presentarlo dentro de los siguientes tres días de la diligencia.

Antes de despedir esta entrada recuerda:

  • No hay diligencia perfecta. Siempre me pasa que me quedo con una sensación que pude haber dicho esto o lo otro o que pude haber hecho mayor énfasis sobre un punto determinado. Es inevitable y lo puedes tratar de suplir con el posterior alegato escrito.
  • No permitas que una mala jornada te condicione a futuro. He vivido muchas situaciones, desde aquellas en que los jueces me han llamado la atención por no centrarme en lo pertinente –por suerte han sido muy pocas- hasta aquellas en que miembros del equipo jurídico de la contraparte se me han acercado casi que para hablarme al oído a felicitarme por mi actuación (juro que es cierto). Ya sea bien o mal, hay que tener en cuenta que el momento pasó. En lo personal creo que dejarse atar por los recuerdos, ya sean buenos o malos, nos estancan y no nos permiten crecer y avanzar.
  • Recordar esta simple idea: tu misión como abogado en audiencia es convencer al juez. Piensa que el juez es una especie de socio inconmovible al cual tienes que persuadir y ayudar a dictar una sentencia apegada a los legítimos intereses de tu cliente.

En fin, con esto termino este tema, espero que sirva de algo para mis colegas litigantes y en general para todo abogado.

Gracias por su visita.