Otra de memes (y de Michael Jordan)

Michael Jordan, quizás el mejor jugador de básquet de todos los tiempos, acudió como un aficionado más a presenciar un partido del mencionado deporte. No era un partido cualquiera, se trataba de una final entre equipos del circuito universitario, uno de los cuales (el de Carolina del Norte), tiene el honor de erigirse como el equipo en el cual Jordan debutó en su carrera profesional.

A escasos cuatro segundos de terminar el partido, con el marcador empatado, un jugador del equipo contrincante –el Villanova- logró encestar la canasta de tres puntos que a la postre le daría la victoria, dejando al exequipo de Jordan con esa agria sensación de perder el campeonato en su propio estadio. Las cámaras no tardaron ni medio segundo en buscar el lugar del graderío donde se encontraba Michael Jordan para captar su reacción.

Ese momento de frustración de Jordan causó furor y sirvió de inspiración para la proliferación de varios memes. Con la velocidad viral acostumbrada de internet, los cibernautas tomaron otra imagen del exbasquetbolista cuando derramó lágrimas durante su discurso al ser incluido en el salón de la fama y empezaron a rodar los memes por todo el espacio 2.0, de tal forma que recortando la cara con lágrimas de Jordan, la superpusieron en toda clase de situaciones, en alusión al campeonato perdido.

Hace algún tiempo ya realicé una entrada sobre los memes y derecho de autor (https://alfredocuadros.com/2015/09/14/los-memes-y-la-propiedad-intelectual-el-caso-del-socially-awkward-penguin/), además de otra en la que discutía sobre el humor como límite a la propiedad intelectual (https://alfredocuadros.com/2015/01/14/el-humor-como-limite-al-derecho-de-autor/), en donde sostenía  –palabras más, palabras menos- que podría defenderse que un meme que no tenga un afán publicitario comercial no estaría infringiendo algún derecho de propiedad intelectual. En este sentido, indicaba que la creación de memes también está sujeta a dos vías: quien los realiza también debía estar consciente que sus bromas virtuales flotarán libres por el ciberespacio sin que lo pueda evitar.

En el caso particular de Michael Jordan y su meme, lo interesante es que del exdeportista devenido en exitoso empresario ha señalado que no tiene mayor problema con la multiplicación del mismo, puesto que ha podido constatar que hasta ahora no se ha hecho ningún uso comercial con su imagen, aunque sí ha dejado constancia que su entorno se encuentra monitoreando la situación (lo que en otras palabras quiere decir que si detectan un uso comercial, activarán el botón rojo para sacar de circulación el trabajo del infractor). (http://ftw.usatoday.com/2016/02/michael-jordan-crying-jordan-meme).

Debe tenerse en cuenta que en la gran mayoría de memes se usan obras ajenas e incluso en ciertas ocasiones –como la narrada en esta entrada- también se  hace uso de la imagen de otras personas para, como resultado, obtener una creación original que bien puede ser catalogada como una obra.

En todo caso, solo esperemos que no nos llegue a pasar que nos usen para crear un meme.

Gracias por la visita.

 

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La silueta de Michael Jordan.

Hasta los no fanáticos del baloncesto -entre los que me incluyo- conocemos quién es Michael Jordan y, sobre todo, los considerables logros deportivos obtenidos a lo largo de su carrera como atleta activo. En estos días su nombre ha sido mencionado en noticias que no tienen que ver con estos logros, sino por un reclamo sobre la propiedad intelectual en una fotografía que captó su imagen.

La fotografía en cuestión fue lograda por Jacobus Rentmeeste y la misma capta – en el caso que no conozcan la historia- a Jordan haciendo uno de sus famosos clavados. Esta fotografía (conforme lo alega el fotógrafo) sirvió de base directa para realizar el que vendría ser el diseño de uno de los logos más reconocidos por propios y extraños del calzado deportivo.

Según he podido leer un poco, la imagen tomada por Rentmeeste fue publicada primero en la revista Life a cambio de $150. Luego, la fotografía fue «recreada» por quienes estaban trabajando en el diseño de la marca para los zapatos Air Jordan I. El asunto es que no usaron la misma fotografía por temas de copyright, sino que -conforme lo indicado-, recrearon el momento en un estudio, para lo cual Michael Jordan realizó varias de sus célebres clavadas, esta vez equipado con los colores de su equipo los Chicago Bulls. De acuerdo al relato, la imagen seleccionada fue una en que parecía que Jordan estaba haciendo ballet.

Un buen resumen sobre la historia de la imagen se puede encontrar aquí http://ballislife.com/origin-of-jumpan-jordan-logo/.

En estos días trascendió que el fotógrafo ha presentado una acción legal en contra de Nike por el uso del diseño de marca conocida como el «jumpman» que dibuja la silueta de Michael Jordan, la cual se ha convertido en una de las más distintivas de la indumentaria deportiva, llegando incluso a solicitar que se prohíba la comercialización de la mercadería identificada con la señalada marca.

El paso del tiempo, ciertos pagos realizados en su momento por Nike, son elementos que en su momento la autoridad pertinente tendrá que tener en cuenta.

Este caso seguro generará debate, si lo vemos con detenimiento tiene muchos ingredientes: (a) el derecho del copyright sobre la foto original que es del primer fotógrafo; (b) determinar si la foto recreada por Nike constituye o no una reproducción que debió ser sometida a autorización; (c) si el diseño de la marca se basa directamente en la fotografía inicial; finalmente (d) si la razón le asiste al fotógrafo.

Entretanto, veremos quién una vez que suene el pitaso final se alzará con la victoria.