Como ya lo adelanté en la entrada anterior, este libro tiene tantas cosas interesantes, que si me pusiera a comentar todo lo que quisiera, esta entrada resultaría demasiado extensa. Por esto, he llegado a la conclusión de que en el 2022 lo leeré entero por segunda ocasión.
Decidí centrarme en un punto del libro que pasó a la fama, incluso fue recreado con mucho drama en la serie American Crime Story, me refiero al contraexamen del detective Mark Fuhrman.
El capítulo 10 se titula “Planificando el “Funeral de Furman”” (Planning “Fuhrman’s Funeral”). En esta sección, Bailey nos hace saber que desde que le fue asignada la misión de contrainterrogar a Furhman, decidió mentalizarse de que estaba preparando -en sentido figurado- el funeral del detective. Se nos relata la gran cantidad de testigos que la defensa de Simpson ubicó y que estaban dispuestos a declarar sobre varios actos y expresiones racistas de Fuhrman.
F. Lee Bailey afirma que desde que vio por primera vez a Fuhrman rendir testimonio en una audiencia preliminar del caso, tuvo la plena convicción de que era un mentiroso. Esto, a pesar de que en este testimonio inicial Fuhrman parecía ser una persona seria, razonable y un ciudadano modelo.
En el capítulo 11 titulado Getting Fuhrman in the Crosshairs (que puede traducirse como “Poniendo a Fuhrman en la mira”), Bailey entra ya a explicar cosas útiles que debe tener presente todo abogado que planifica un complicado contraexamen. Cabe destacar que el juez del caso -Lance Ito-, impuso limitaciones para el contraexamen de la defensa de Simpson (básicamente dictaminó que cualquier pregunta sobre posible racismo por parte de Fuhrman, no podía referirse a hechos que hayan acontecido hace más de diez años y, que mientras no se presenten testigos que afirmen sobre expresiones racistas del detective, no se le podía preguntar nada sobre esto), que Bailey califica como imposiciones concebidas para ayudar a la Fiscalía.
Algo que se recomienda en el libro para preparar el contraexamen es tener una discusión mental interna, en la cual debemos revisar el caso desde la perspectiva de cada lado (recordemos que Abraham Lincoln destinaba muchísimo tiempo a pensar en lo que haría su adversario en juicio, lo cual lo ayudaba a no ser sorprendido por el contrario https://alfredocuadros.com/2021/03/07/abraham-lincoln-el-litigante/ ).
Recordemos que una de las cosas que caracterizó a Bailey era su gran capacidad para contraexaminar, por lo que en este capítulo -tomando como referencia su enfrentamiento con Fuhrman- nos proporciona varios consejos:
- Se advierte al lector de que un buen contrainterrogatorio toma su tiempo, un abogado bien entrenado no va directo a ganar el premio mayor, sino que debe ser trabajado y armado poco a poco.
- La memoria juega un papel importante, ya que se aconseja que el abogado debe tener en su mente todos, todos, los detalles acerca del testigo.
- Un abogado experto en contrainterrogatorios debe hacer su tarea sin notas ni documentos en sus manos, con su mirada fija en el testigo, también en el juez y el jurado y, de vez en cuando (con el rabillo del ojo), observar a los abogados contrarios. Bailey sostiene que si un abogado lleva documentos u otra información impresa, perderá tiempo valioso mientras busca esta información.
- Bailey además recomienda observar bien al testigo mientras se lo contraexamina, ya que de esta observación se notará si el testigo está nervioso, intenta ocultar algo o se siente incómodo.
Se me quedan muchísimas cosas por comentar de este libro, como por ejemplo, la relación de Bailey con los otros abogados del dream team, la forma en que se desvirtuó la prueba de ADN presentada por la fiscalía, el posterior juicio civil que interpusieron los padres de Ron Goldman, los motivos por los cuales Simpson no declaró y otros más. En fin, es un libro muy bien contado sobre un juicio que aún atrapa la atención del público.
Solo comparto dos ideas finales sobre la obra. La primera es que el libro es tan bueno y tan bien escrito, que es de aquellos que mientras vamos llegando al final deseamos que no termine pronto; y, la segunda, como muestra de lo gran abogado que fue F. Lee Bailey puedo escribir en estas líneas que me hizo creer en la inocencia de O.J. Simpson, ya que antes de toparme con este libro no tenía mayores dudas sobre la participación de Simpson en el horrendo crimen por el cual fue juzgado y absuelto.
Gracias por la lectura y su visita a este blog.
Deseo a todos que tengan un feliz 2022, Dios quiera que sea el año en que salgamos de esta terrible pandemia.